Nosotros, profesionales del área de la salud que practicamos la medicina, en nuestro actuar, más de una vez nos encontramos siendo partícipes en la atención de un paciente en estado neurocrítico, en mi caso personal, pediátrico.
Dada la alta frecuencia de lesiones accidentales en la niñez, dentro de las cuales el Trauma Craneoencefálico (TCE) es su condición más grave, los pacientes fallecen por hipertensión intracraneana, consecuencia de encefalopatía hipóxico-isquémica refractaria y daño mitocondrial irreversible.
En el CIE-11 debería ser catalogado el TCE dentro de las enfermedades vasculares con el término “Isquemia Cerebral Traumática” lo cual institucionalmente abriría un panorama distinto en disponibilidad de recursos de atención en especial en países como el mío (México), con recursos limitados, sin embargo, la disponibilidad de recursos no exime del apego a recomendaciones nacionales e internacionales donde se requiere más que recursos, la calidad del capital humano en la cadena de atención, vinculando desde el prehospitalario, la atención inicial en urgencias y un protocolo Institucional en torno al “CODIGO TRAUMA”.
Los recursos necesarios para cumplir como lo menciona el Dr. Bernard, las “7 Metas para mantener un Cerebro Felíz”, más que finanzas, se requiere de, saber, saber hacer y saber hacer bien, ya que los insumos mínimos necesarios para cumplir estas metas, son aporte de oxígeno, glucometría, termómetros, acceso vascular, fluidoterapia, bioquímicos básicos como sodio sérico o gasometría, oxímetría de pulso y un baumanómetro, todos elementos que por limitados que sean nuestros recursos, podemos disponer de ellos.
Por otro lado, para optimizar los recuros, debemos eficientar la aplicación de escalas de alerta temprana, por mencionar alguna como la “EVAT”, que nos permita detectar por semaforización al paciente neurológico con riesgo de agravarse, y favorecer la radiocomunicación en tiempo real con Servicios de Emergencias para un traslado oportuno a un centro con capacidad resolutiva en menos de 20 minutos, optimizando así, la hora dorada.
Alcanzar estas “metas” son prioritarias para impactar en el resultado funcional final, no conocerlas lleva a no realizarlas o realizarlas a destiempo, trascendiendo en lesiones cerebrales secundarias, las que empobrecen el resultado neurofuncional.
Por lo que este es un llamado de atención para decir a todo personal sanitario que atendemos neurotrauma que para mantener un cerebro felíz … “las METAS hay que cumplirlas”
Enfoquémonos en difundir el conocimiento, mantengámonos unidos y actualizados, y como paises hermanos “latinos unidos, jamás serán vencidos”. Lo podemos hacer, y hacer bien.
Dra. Nayely Martínez Campa
Médico Intensivista Pediatra
Unidad de Cuidados Intensivos del
Centenario Hospital Miguel Hidalgo
Aguascalientes, México
Miembro LABIC