Columnas de Opinión

Difundiendo el Protocolo CREVICE, una guía para países de recursos limitados
Dra. María Soledad Alicia Ortiz Bravo

Como es bien sabido el trauma craneoencefálico (TCE) es el trauma más frecuente con mayor morbi-mortalidad en edad pediátrica. Su tratamiento es fundamental y consiste en una adecuada y pronta estabilización enfocada a la reanimación cardio-cerebral y respiratoria mediante clínica y de ser asequible neuromonitoreo avanzado multimodal individualizado, sin embargo ¿qué pasa en países con recursos limitados? Durante mi formación como Pediatra, presencié la variabilidad de tratamientos empíricos sin apego por multifactores a Guías de Neurotrauma que desde el 2003 existen para pacientes pediátricos y adolescentes y que en el tiempo han tenido tres actualizaciones, sin embargo no están enfocadas a países como nuestro muy querido y por igual muy limitado en recursos sanitarios, México.

No fue hasta que mi Sub-Especialización en Medicina Crítica Pediátrica incrementé mis conocimientos, habilidades y destrezas entre ellos la fisiopatogenia del neurotrauma, óptima interpretación de la tomografía craneal y los protocolos de atención propuestos para realidades como la nuestra, los cuales nos brinda un respaldo en nuestro actuar, me refiero al protocolo CREVICE gran aportación por expertos del (Consorcio Latinoamericano de Injuria Cerebral) LABIC en el año 2020, del cual orgullosamente formo parte, y con la convicción de que …. “La diferencia la hizo el interminable conocimiento”.

Si bien en nuestra UCI Pediátrica, al centro del país México contamos con monitoreo de presión intracraneana (PIC) es insuficiente como centro hospitalario para resolver las demandas de atención y no siempre podemos integrar el neuromonitoreo multimodal, ya que la disponibilidad de PtiO2 es infrecuente, por lo que hemos “sumado” con neuromonitoreo no invasivo incorporando a la tomografía de cráneo el DVNO, EEG continuo y terapias de termorregulación controlada.

Nuestra realidad es que ésta Sede es única en el país que en población pediátrica y en forma “sistematizada” desde el 2001 a todo paciente con TCE Grave o Moderado de alto riesgo,  monitoriza la PIC, sin embargo en la mayoría de nuestros hospitales no se tiene, es por eso importante contar con protocolos  con la mayor evidencia disponible o el aval de expertos para todos aquellos quienes no cuenten con el recurso, puedan guiarse respecto al manejo del paciente, el protocolo CREVICE es fácil de aplicar, destaca los criterios mayores y menores de sospecha de hipertensión intracraneal brindando seguridad en la toma de decisiones con intervención inmediata reduciendo el riesgo de lesiones secundarias, por ende la morbi-mortalidad.

Si bien el protocolo CREVICE ha sido enriquecido por varios autores incorporando neuromonitoreo no invasivo (diámetro de la vaina del nervio óptico (DVNO), la saturación cerebral de oxígeno no invasiva con espectroscopia cercana al infrarrojo (rNIRS), y electroencefalografía continuo desde su origen ha sido fundado en población adulta,  por lo deberá traspolarse a nuestra población pediátrica, siendo el 2020 en que nuestra UCI Pediátrica incorporó éste protocolo CREVICE no invasivo en casos pediátricos que por algún factor no hubiese podido monitorizarse PIC en forma invasiva, si bien son pocos, la respuesta clínica ha sido favorable, siendo dicho protocolo una alternativa ideal para difundir a la comunidad médica que tratamos pacientes con TCE en todas sus edades.

Nuestro camino aún es largo, sin embargo, continuemos haciendo nuestro mayor esfuerzo con los recursos disponibles para ofrecer a todos nuestros pacientes que sufren neurotrauma o TCE el mejor tratamiento disponible que cuente con recomendación de expertos o la mayor evidencia disponible, ya que sin duda “los niños son mensajes vivientes que enviamos al futuro”.

Dra. María Soledad Alicia Ortiz Bravo
Médico Intensivista Pediatra
Centenario Hospital Miguel Hidalgo, Aguascalientes.
Miembro LABIC

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